martes, 15 de mayo de 2012

Espero tu llamada,


Espero tu llamada,
entre el aferrarse al calor del último de nuestros abrazos
y el desaliño al que  me somete las latentes
obsesiones.

Espero tu llamada,
pero recuerdo “que el amor que tu me das”
es rama no tronco,
es madurez  destilada después
o quizás al borde de una herida lacerante
que mi estar en ti no logra alejar.

Espero tu llamada,
cambiando una y otra vez
de emisoras de radios en busca
de melodías que me
entreguen aliento para consumirme
un  domingo más del lento tempore del inverno.