Quizás necesité escuchar tu voz hoy,
al no reconocer del todo mis manos,
pues ayer al mirarlas en un espejo se veían
envejecidas..quizás poniendosé a tono
con el otoño que hoy ha comenzado, o
simplemente porque ya estoy en esa
estación hace un buen tiempo.
Pero también necesité escuchar tu voz,
pues el día que se ausenta, es un parentesis
del brindis y de goce de estar compartiendo
esta finitud, allá el rancho tibio de la caricia
y la mirada.
20 de marzo 2012